lunes, 24 de noviembre de 2008
LA SUERTE DEL GALGO: EL DELIRIO DE LO INDESCRIPTIBLE
La suerte del Galgo: el delirio de lo indescriptible
Estoy aquí en un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme , es de noche y vago por el campo en busca de no sé qué, si comida o cobijo...., de lo que me duele, del hambre, miedo, frío, cansancio; no recuerdo ya si me abandonaron o si me fui yo directamente de tan mal que estaba......
El horror cotidiano que rodea y acecha al galgo en gran parte del territorio español es la escenificación de una brutalidad y una violencia que sólo puede tratarse de comprender dentro de una dinámica de esperpento y locura. No sólo es incomprensible sino absolutamente incomprensible la crueldad sistemática a la que está sometido, igual que otros muchos perros que tienen la desgracia de encontrarse en ese mismo entorno, pero donde el galgo se ha erigido en símbolo por antonomasia de esa maldición que está destinada a arrastrar hasta el final sin ninguna escapatoria ni posibilidad mínima de ganar.
Sobre su cuerpo y su ser ha caído como una lápida la maquinaria destructora y despiadada del mundo galguero que en ninguna etapa de la vida de este animal da tregua. Desde la misma cría descontrolada e indiscriminada y muchas veces en condiciones muy precarias, pasando por el robo y el tráfico, las nefastas condiciones básicas de vida a las que está sometido, y si sobrevive a esto, la facilidad con la que al no considerarse útil para la caza, o porque ya ha terminado la temporada y no le interesa al sujeto mantenerlo el resto del año, se maltrata, se tortura, se abandona (que es casi una muerte segura aunque seguido de mucho sufrimiento), o se ejecuta de manera cruel y sanguinaria, o bien colgándolo de un árbol, o ahogándolo en un pozo, o quemándolo, o en un derroche de generosidad, gastando un cartucho de escopeta, por no hablar de cazadores más compasivos (intento no atragantarme) que cuando no les sirve ya el galgo lo llevan a sacrificar mediante inyección letal. Y por no hablar de galgueros que dicen que para ellos sus galgos son como de la familia, y que no son galgueros los que hacen esto, no son federados, y que las protectoras sacan de quicio la escala del problema. Claro está que ellos cómodamente defienden intereses económicos frente a las protectoras que se desviven por defender a estos animales, conviviendo a diario con el sinfín de horrores.
...........sin comerlo ni beberlo, aquí en la más profunda oscuridad de la noche no puedo más con mi alma, oigo algo a lo lejos un ruido chirriante, huelo algo detrás de unos olivos, todo negro, no puedo pensar más que en andar hacia delante, no hay nada detrás, no hay nada a que aferrarme, hacia delante, huelo algo, el ruido sigue pero más fuerte, viene a por mi, que hago?, corro pero no puedo, hago los movimientos pero no avanzo, luces, que ya vienen, el ruido y las luces, me quedo, intentar esquivarlo, atráááááásssss...................
Y lo que es sumamente aterrador en todo esto, más allá de la abominable crueldad cometida contra estos seres indefensos, y la propia cultura de brutalidad que existe y se considera hasta normal en determinados entornos, más allá de todo el horror, está la posición de un gobierno que es a pesar de sus promesas electorales, incapaz de tomar medidas al respecto, no se sabe si totalmente indiferente a esta cuestión, o por miedo a perder votos en un lugar de la Mancha, y para nada dispuesto a valorar lo que supondría de positivo una decisión de actuar en contra de semejante barbarie, en contra de la cultura de desprotección absoluta que predomina, y quizás en contra de la violencia en general.
A Dani, lo encontramos una noche de sábado, atropellado y hecho polvo, con múltiples fracturas y heridas, y tirado en la cuneta de una carretera comarcal en un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiere acordarse. Nos avisaron y como en otros casos parecidos fuimos a buscar al maltrecho galgo, y como estaba tan dolido, asustado, y sin duda alguna hambriento, se dejó tocar y examinar sin poner ninguna pega ni queja. Al final lo tuvieron que operar para reparar los daños, reconstruir su hombre mediante el implante de una placa, tratar una luxación de codo. Ahora a pesar de su aspecto de mapamundi en forma alargada, se recupera favorablemente en la protectora y con un poco de suerte se pondrá bueno en poco tiempo y pasado un tiempo más saldrá en adopción para su nueva vida en el norte de Europa. Y así al final se puede decir que es un galgo con suerte, porque muchos no llegan a ver esta luz.
.....
Dani, el día que fue recogido por la protectora Ciudad Animal.
www.ciudadanimal.org
Una vez rescatados y recuperados por las protectoras que se dedican en cuerpo y alma a salvar estos y otros muchos del infierno galguero/cazador, se encuentra en el siguiente eslabón de la cadena de maldición de estos animales, o en el otro lado del espejo, y es que nadie los quiere. Nadie aquí los quiere. Como si no estuviesen homologados para ser animales de compañía, para andar por la calle con su dueño. De hecho, quitando unos pocos que tenemos y queremos a nuestro(s) galgo(s), el resto en el mejor de los casos, los considera como curiosidades de circo, que se pueden ver y admirar, pero de ninguna manera plantearse salvarlos de esta injusticia y esta vergüenza nacional. Y se ve en la calle que todo el mundo comenta, ‘un galgo’ aquí y ‘un galgo’ allá como si de un conjuro se tratase, o como de una extraña simpatía perdida en la abstracción. Y este sentimiento ambiguo también hace estragos en la labor de protección de estos animales, ya que para que las protectoras pueden atender a más víctimas, necesitan más adoptantes, y lo que es más importante, para que esta tragedia deje de ser una tragedia cotidiana, tiene que haber una respuesta de la sociedad, tomando conciencia mediante la integración del galgo en el panorama social, igual que fomentando la adopción antes que la compra de animales de compañía, y de esta manera hacer que la sociedad alce su voz para exigir cambios sumamente importantes en la legislación vigente. Y este último pasa claramente por prohibir la caza con galgo y así desmontar la base de esta maquinaria cruel y sanguinaria de una vez por todas...
Thomas Shanahan
Estoy aquí en un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme , es de noche y vago por el campo en busca de no sé qué, si comida o cobijo...., de lo que me duele, del hambre, miedo, frío, cansancio; no recuerdo ya si me abandonaron o si me fui yo directamente de tan mal que estaba......
El horror cotidiano que rodea y acecha al galgo en gran parte del territorio español es la escenificación de una brutalidad y una violencia que sólo puede tratarse de comprender dentro de una dinámica de esperpento y locura. No sólo es incomprensible sino absolutamente incomprensible la crueldad sistemática a la que está sometido, igual que otros muchos perros que tienen la desgracia de encontrarse en ese mismo entorno, pero donde el galgo se ha erigido en símbolo por antonomasia de esa maldición que está destinada a arrastrar hasta el final sin ninguna escapatoria ni posibilidad mínima de ganar.
Sobre su cuerpo y su ser ha caído como una lápida la maquinaria destructora y despiadada del mundo galguero que en ninguna etapa de la vida de este animal da tregua. Desde la misma cría descontrolada e indiscriminada y muchas veces en condiciones muy precarias, pasando por el robo y el tráfico, las nefastas condiciones básicas de vida a las que está sometido, y si sobrevive a esto, la facilidad con la que al no considerarse útil para la caza, o porque ya ha terminado la temporada y no le interesa al sujeto mantenerlo el resto del año, se maltrata, se tortura, se abandona (que es casi una muerte segura aunque seguido de mucho sufrimiento), o se ejecuta de manera cruel y sanguinaria, o bien colgándolo de un árbol, o ahogándolo en un pozo, o quemándolo, o en un derroche de generosidad, gastando un cartucho de escopeta, por no hablar de cazadores más compasivos (intento no atragantarme) que cuando no les sirve ya el galgo lo llevan a sacrificar mediante inyección letal. Y por no hablar de galgueros que dicen que para ellos sus galgos son como de la familia, y que no son galgueros los que hacen esto, no son federados, y que las protectoras sacan de quicio la escala del problema. Claro está que ellos cómodamente defienden intereses económicos frente a las protectoras que se desviven por defender a estos animales, conviviendo a diario con el sinfín de horrores.
...........sin comerlo ni beberlo, aquí en la más profunda oscuridad de la noche no puedo más con mi alma, oigo algo a lo lejos un ruido chirriante, huelo algo detrás de unos olivos, todo negro, no puedo pensar más que en andar hacia delante, no hay nada detrás, no hay nada a que aferrarme, hacia delante, huelo algo, el ruido sigue pero más fuerte, viene a por mi, que hago?, corro pero no puedo, hago los movimientos pero no avanzo, luces, que ya vienen, el ruido y las luces, me quedo, intentar esquivarlo, atráááááásssss...................
Y lo que es sumamente aterrador en todo esto, más allá de la abominable crueldad cometida contra estos seres indefensos, y la propia cultura de brutalidad que existe y se considera hasta normal en determinados entornos, más allá de todo el horror, está la posición de un gobierno que es a pesar de sus promesas electorales, incapaz de tomar medidas al respecto, no se sabe si totalmente indiferente a esta cuestión, o por miedo a perder votos en un lugar de la Mancha, y para nada dispuesto a valorar lo que supondría de positivo una decisión de actuar en contra de semejante barbarie, en contra de la cultura de desprotección absoluta que predomina, y quizás en contra de la violencia en general.
A Dani, lo encontramos una noche de sábado, atropellado y hecho polvo, con múltiples fracturas y heridas, y tirado en la cuneta de una carretera comarcal en un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiere acordarse. Nos avisaron y como en otros casos parecidos fuimos a buscar al maltrecho galgo, y como estaba tan dolido, asustado, y sin duda alguna hambriento, se dejó tocar y examinar sin poner ninguna pega ni queja. Al final lo tuvieron que operar para reparar los daños, reconstruir su hombre mediante el implante de una placa, tratar una luxación de codo. Ahora a pesar de su aspecto de mapamundi en forma alargada, se recupera favorablemente en la protectora y con un poco de suerte se pondrá bueno en poco tiempo y pasado un tiempo más saldrá en adopción para su nueva vida en el norte de Europa. Y así al final se puede decir que es un galgo con suerte, porque muchos no llegan a ver esta luz.
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Dani, el día que fue recogido por la protectora Ciudad Animal.
www.ciudadanimal.org
Una vez rescatados y recuperados por las protectoras que se dedican en cuerpo y alma a salvar estos y otros muchos del infierno galguero/cazador, se encuentra en el siguiente eslabón de la cadena de maldición de estos animales, o en el otro lado del espejo, y es que nadie los quiere. Nadie aquí los quiere. Como si no estuviesen homologados para ser animales de compañía, para andar por la calle con su dueño. De hecho, quitando unos pocos que tenemos y queremos a nuestro(s) galgo(s), el resto en el mejor de los casos, los considera como curiosidades de circo, que se pueden ver y admirar, pero de ninguna manera plantearse salvarlos de esta injusticia y esta vergüenza nacional. Y se ve en la calle que todo el mundo comenta, ‘un galgo’ aquí y ‘un galgo’ allá como si de un conjuro se tratase, o como de una extraña simpatía perdida en la abstracción. Y este sentimiento ambiguo también hace estragos en la labor de protección de estos animales, ya que para que las protectoras pueden atender a más víctimas, necesitan más adoptantes, y lo que es más importante, para que esta tragedia deje de ser una tragedia cotidiana, tiene que haber una respuesta de la sociedad, tomando conciencia mediante la integración del galgo en el panorama social, igual que fomentando la adopción antes que la compra de animales de compañía, y de esta manera hacer que la sociedad alce su voz para exigir cambios sumamente importantes en la legislación vigente. Y este último pasa claramente por prohibir la caza con galgo y así desmontar la base de esta maquinaria cruel y sanguinaria de una vez por todas...
Thomas Shanahan
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