Estoy aquí en un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme , es de noche y vago por el campo en busca de no sé qué, si comida o cobijo...., de lo que me duele, del hambre, miedo, frío, cansancio; no recuerdo ya si me abandonaron o si me fui yo directamente de tan mal que estaba......
El horror cotidiano que rodea y acecha al galgo en gran parte del territorio español es la escenificación de una brutalidad y una violencia que sólo puede tratarse de comprender dentro de una dinámica de esperpento y locura. No sólo es incomprensible sino absolutamente incomprensible la crueldad sistemática a la que está sometido, igual que otros muchos perros que tienen la desgracia de encontrarse en ese mismo entorno, pero donde el galgo se ha erigido en símbolo por antonomasia de esa maldición que está destinada a arrastrar hasta el final sin ninguna escapatoria ni posibilidad mínima de ganar.
Sobre su cuerpo y su ser ha caído como una lápida la maquinaria destructora y despiadada del mundo galguero que en ninguna etapa de la vida de este animal da tregua. Desde la misma cría descontrolada e indiscriminada y muchas veces en condiciones muy precarias, pasando por el robo y el tráfico, las nefastas condiciones básicas de vida a las que está sometido, y si sobrevive a esto, la facilidad con la que al no considerarse útil para la caza, o porque ya ha terminado la temporada y no le interesa al sujeto mantenerlo el resto del año, se maltrata, se tortura, se abandona (que es casi una muerte segura aunque seguido de mucho sufrimiento), o se ejecuta de manera cruel y sanguinaria, o bien colgándolo de un árbol, o ahogándolo en un pozo, o quemándolo, o en un derroche de generosidad, gastando un cartucho de escopeta, por no hablar de cazadores más compasivos (intento no atragantarme) que cuando no les sirve ya el galgo lo llevan a sacrificar mediante inyección letal. Y por no hablar de galgueros que dicen que para ellos sus galgos son como de la familia, y que no son galgueros los que hacen esto, no son federados, y que las protectoras sacan de quicio la escala del problema. Claro está que ellos cómodamente defienden intereses económicos frente a las protectoras que se desviven por defender a estos animales, conviviendo a diario con el sinfín de horrores.
...........sin comerlo ni beberlo, aquí en la más profunda oscuridad de la noche no puedo más con mi alma, oigo algo a lo lejos un ruido chirriante, huelo algo detrás de unos olivos, todo negro, no puedo pensar más que en andar hacia delante, no hay nada detrás, no hay nada a que aferrarme, hacia delante, huelo algo, el ruido sigue pero más fuerte, viene a por mi, que hago?, corro pero no puedo, hago los movimientos pero no avanzo, luces, que ya vienen, el ruido y las luces, me quedo, intentar esquivarlo, atráááááásssss...................
Y lo que es sumamente aterrador en todo esto, más allá de la abominable crueldad cometida contra estos seres indefensos, y la propia cultura de brutalidad que existe y se considera hasta normal en determinados entornos, más allá de todo el horror, está la posición de un gobierno que es a pesar de sus promesas electorales, incapaz de tomar medidas al respecto, no se sabe si totalmente indiferente a esta cuestión, o por miedo a perder votos en un lugar de la Mancha, y para nada dispuesto a valorar lo que supondría de positivo una decisión de actuar en contra de semejante barbarie, en contra de la cultura de desprotección absoluta que predomina, y quizás en contra de la violencia en general.
A Dani, lo encontramos una noche de sábado, atropellado y hecho polvo, con múltiples fracturas y heridas, y tirado en la cuneta de una carretera comarcal en un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiere acordarse. Nos avisaron y como en otros casos parecidos fuimos a buscar al maltrecho galgo, y como estaba tan dolido, asustado, y sin duda alguna hambriento, se dejó tocar y examinar sin poner ninguna pega ni queja. Al final lo tuvieron que operar para reparar los daños, reconstruir su hombre mediante el implante de una placa, tratar una luxación de codo. Ahora a pesar de su aspecto de mapamundi en forma alargada, se recupera favorablemente en la protectora y con un poco de suerte se pondrá bueno en poco tiempo y pasado un tiempo más saldrá en adopción para su nueva vida en el norte de Europa. Y así al final se puede decir que es un galgo con suerte, porque muchos no llegan a ver esta luz.
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Dani, el día que fue recogido por la protectora Ciudad Animal.
www.ciudadanimal.org
Una vez rescatados y recuperados por las protectoras que se dedican en cuerpo y alma a salvar estos y otros muchos del infierno galguero/cazador, se encuentra en el siguiente eslabón de la cadena de maldición de estos animales, o en el otro lado del espejo, y es que nadie los quiere. Nadie aquí los quiere. Como si no estuviesen homologados para ser animales de compañía, para andar por la calle con su dueño. De hecho, quitando unos pocos que tenemos y queremos a nuestro(s) galgo(s), el resto en el mejor de los casos, los considera como curiosidades de circo, que se pueden ver y admirar, pero de ninguna manera plantearse salvarlos de esta injusticia y esta vergüenza nacional. Y se ve en la calle que todo el mundo comenta, ‘un galgo’ aquí y ‘un galgo’ allá como si de un conjuro se tratase, o como de una extraña simpatía perdida en la abstracción. Y este sentimiento ambiguo también hace estragos en la labor de protección de estos animales, ya que para que las protectoras pueden atender a más víctimas, necesitan más adoptantes, y lo que es más importante, para que esta tragedia deje de ser una tragedia cotidiana, tiene que haber una respuesta de la sociedad, tomando conciencia mediante la integración del galgo en el panorama social, igual que fomentando la adopción antes que la compra de animales de compañía, y de esta manera hacer que la sociedad alce su voz para exigir cambios sumamente importantes en la legislación vigente. Y este último pasa claramente por prohibir la caza con galgo y así desmontar la base de esta maquinaria cruel y sanguinaria de una vez por todas...
Thomas Shanahan













































Ese es el tiempo que tarda la naturaleza en trasformar una lata de gaseosa o cerveza al estado de óxido de hierro.Por lo general con sus 210 micrones de espesor de acero recubierto de barniz y de estaño. A la intemperie, hacen falta muchas lluvias y humedad para que el óxido la cubra totalmente.
Un trozo de chicle masticado se convierte en ese tiempo,por acción del oxígeno, en un material superduro que luego empieza a resquebrajarse hasta desaparecer. El chicle es una mezcla de gomas de resinas naturales, sintéticas, azúcar, aromatizantes y colorantes.Degradad o casi no deja rastros.
Las botellas de plástico son las mas rebeldes a la hora de transformarse. Al aire libre pierden su tonicidad, se fragmentan y se dispersan. Enterradas, duran más. La mayoría está hecha de tereftalato de polietileno (PETE), un material duro de roer: los microorganismos no tienen mecanismos para atacarlos.
Los vasos descartables de polipropileno contaminan menos que los de poliestireno- material de las cajas de huevos-. Pero también tardan en transformarse. El plástico queda reducido a moléculas sintéticas;invisible s pero siempre presentes.
La mayoría de las muñecas articuladas son de plástico, de los que más tardan en desintegrarse. Los rayos ultravioletas del sol sólo logran dividirlo en moléculas pequeñas.Ese proceso puede durar cientos de años, pero jamás desaparecen de la faz de la tierra.
Las zapatillas están compuestas por cuero, tela, goma y en algunos casos, espumas sintéticas.Por eso tienen varias etapas de degradación.Lo primero que desaparece son las partes de tela o cuero.Su interior no puede ser degradado: sólo se reduce.
Bajo los rayos de sol, una colilla con filtro puede demorar hasta dos años en desaparecer. El filtro es de acetato de celulosa y las bacterias del suelo, acosumbradas a combatir materia orgánica, no pueden atacarla de entrada.Si cae en el agua, la desintegració n es más rápida, pero mas contaminante.
Los boletos de colectivo deben ser los elementos que más se arrojan al piso.En ese destino final encuentran rápidamente el camino para desaparecer. La lluvia, el sol y el viento los afectan antes de ser presas de las bacterias o de hongos del suelo.Si lo agarra una lluvia fuerte se disuelve en celulosa y anilinas.
La botella de vidrio, en cualquiera de sus formatos, es un objeto muy resistente.Aunque es frágil porque con una simple caída puede quebrarse, para los componentes naturales del suelo es una tarea titánica transformarla. Formada por arena y carbonatos de sodio y de calcio, es reciclable en un 100 %.
Sus componentes son altamente contaminantes y no se degradan.La mayoría tienen mercurio,pero otras también pueden tener cinc,cromo,arsé nico,plomo o cadmio.Pueden empezar a separarse luego de 50 años al aire libre.Pero se las ingenian para permanecer como agentes nocivos.
Las bolsas de plástico, por causa de su mínimo espesor, pueden transformarse más rápido que una botella de ese material.Las bolsitas, en realidad, están hechas de polietileno de baja densidad.La naturaleza suele entablar una "batalla" dura contra ese elemento.Y por lo general, pierde.

El papel compuesto básicamente por celulosa, no le da mayores problemas a la naturaleza para integrar sus componentes al suelo.Si queda tirado sobre tierra y le toca un invierno lluvioso, no tarda en degradarse.Lo ideal, de todos modos, es reciclarlo para evitar que se sigan talando árboles para su fabricación.
La aleación metálica que forma las tapitas de botellas puede parecer candidata a una degradación rápida porque tiene poco espesor.Pero no es así.Primero se oxidan y poco a poco su parte de acero va perdiendo resistencia hasta dispersarse. 










